La Habana (PL) El Papa Benedicto XVI puso fuera de foco la hostilidad
de Estados Unidos contra Cuba, al considerar que esa política de larga data ha
afectado al país caribeño en la construcción de una sociedad de más amplios
horizontes.
La postura del Sumo Pontífice,
que tuvo una amplia acogida durante su reciente visita pastoral a la nación,
mantuvo así la oposición de la Santa Sede al bloqueo que Washington aplica
contra La Habana desde hace más de 50 años.
En una alusión a la política anticubana de la Casa Blanca, y antes de
cerrar tres días de estancia en Santiago de Cuba y en la capital cubana, Su
Santidad se refirió a "cuando medidas económicas restrictivas impuestas
desde fuera del País pesan negativamente sobre la población" de Cuba.
Durante un discurso ante de partir de regreso a la Ciudad del
Vaticano, el Santo Padre también llamó a solucionar con diálogo paciente y
sincero, comprensión recíproca y voluntad de escucha las "eventuales
discrepancias y dificultades".
Aunque se reunió en par de ocasiones con el presidente Raúl Castro y
en una con el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, los tres días de
presencia del Obispo de Roma tuvieron características apostólicas, al
concentrarse en aspectos religiosos.
También yo he deseado ardientemente venir entre ustedes, dijo, como
peregrino de la caridad para agradecer a la Virgen María (aquí Virgen de la
Caridad del Cobre) la presencia de su venerada imagen en el Santuario del
Cobre.
Desde allí acompaña el camino de la Iglesia en este país e infunde
ánimos a todos los cubanos, manifestó el sucesor de Pedro, el primer Papa en
los 20 siglos de historia de la institución, que cuenta con unos mil millones
de seguidores en el mundo.
El viaje 23 de Benedicto XVI se enmarca en el Año Jubilar por el
aniversario 400 del hallazgo de la imagen de la Virgen, cuya condición de
patrona de Cuba fue solicitada por los veteranos, la cual fue concedida el 10
de mayo de 1916 por su Santidad Benedicto XV, quien la declaró Patrona
Principal de la República de Cuba.
Tras una intensa agenda, que incluyó sendas misas en Santiago de Cuba
y La Habana con participación total de medio millón de personas, el Santo Padre
aseguró que continuará rezando para que la nación siga adelante y sea la casa
de todos y para todos los cubanos.
Doy gracias a Dios, que me ha permitido visitar esta hermosa isla, que
tan profunda huella dejó en el corazón de mi amado predecesor, el Beato Juan
Pablo II, cuando estuvo en estas tierras como mensajero de la verdad y la
esperanza.
Me llevo en lo más profundo de mi ser a todos y cada uno de los
cubanos, que me han rodeado con su oración y afecto, brindándome una cordial
hospitalidad y haciéndome partícipe de sus más hondas y justas aspiraciones.
Vine aquí como testigo de Jesucristo, convencido de que, donde él
llega, el desaliento deja paso a la esperanza, la bondad despeja incertidumbres
y una fuerza vigorosa abre el horizonte a inusitadas y beneficiosas
perspectivas, expresó.
Tal entusiasmo fue visible durante los contactos del Papa con el
pueblo, ocasiones en las que dejó sin cerrar las ventanillas blindadas de su
auto panorámico en una muestra de confianza hacia sus anfitriones.
Para el Sumo Pontífice la hora presente reclama de forma apremiante
que en la convivencia humana, nacional e internacional, se destierren
posiciones inamovibles en aras de transformar las actuales culturas de
dominación.
Igualmente su llamado cargó contra los puntos de vista unilaterales
que tienden a hacer más arduo el entendimiento e ineficaz el esfuerzo de
colaboración.
Raúl Castro, quien lo recibió y despidió y además asistió a sus dos
homilías, destacó el ambiente de mutua comprensión que rodeó la visita, que
intentaron cubrir con un matiz político los grupos anticubanos asentados en la
Florida.
Su encuentro con los cubanos le ha dado la oportunidad de conocernos
mejor y constatar la justeza de nuestros propósitos, manifestó el Jefe de
Estado cubano.
Somos conscientes de que la dignidad plena no solo se construye sobre
bases materiales, sino también sobre valores espirituales como la generosidad,
la solidaridad, el sentimiento de justicia, el altruismo, el respeto mutuo, la
honradez y el apego a la verdad, añadió.
El tema de la familia fue uno de los más mencionados por el Santo
Padre, acerca de lo cual l gobierno cubano ratificó que el país privilegia el
papel de los padres en la educación de los hijos.
Cuidamos de la niñez como nuestra mayor esperanza y alentamos a la
juventud, sin ningún paternalismo, a la participación libre y creadora en las
realizaciones de nuestra sociedad, subrayó.
* Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina.
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