Carlos Chacho Álvarez
Montevideo (PL) El próximo jueves 31 de mayo, en la ALADI, junto a
embajadores de los países asiáticos y funcionarios de las cancillerías
latinoamericanas, estaremos presentando el Observatorio Asia
Pacífico-Latinoamérica, a través del cual se trata de hacer un seguimiento
exhaustivo y sistemático del relacionamiento entre esas dos regiones desde la
perspectiva económica-comercial.
Este Observatorio quiere dar cuenta
de que estamos en presencia de un proceso histórico de cambio a nivel
planetario. Atravesamos una etapa de transición entre un mundo que declina, y
otro que está surgiendo. El primero es el del dominio unipolar y del Occidente,
el mundo que se configuró, sobre todo, después de la caída del muro de Berlín y
que se percibió a sí mismo definitorio e indiscutible tanto en sus formas de
dominio político-militar como en su modelo absoluto de mercado y de
financiarización de la economía. El que está naciendo, es un mundo que va
corriendo el eje de poder de Occidente a Oriente con el retorno de China al
centro de la escena internacional; y de Norte a Sur, en el plano del
crecimiento, el comercio y el desplazamiento del excepcionalísmo norteamericano
como centro de la dominación política hacia una multipolaridad que ya comienza
a exhibir sus perfiles más destacados.
Estamos enfrentando una transición inédita de cambios y reconfiguraciones a
escala global que solo se dan en siglos. Alguna similitud puede encontrarse en
el paso de la hegemonía del Atlántico sobre el Mediterráneo en el comercio del
siglo XVI. Momentos cruciales en los cuales se modifican las relaciones de
poder, la geografía comercial y la geopolítica a partir de los cuales ascienden
nuevos actores, mientras otros declinan o ingresan en una fase de decadencia y
crisis. En la actualidad, la presencia cada vez más protagónica de China, la
declinación de Estados Unidos, la crisis estructural de Europa y la emergencia
del Sur como locomotora de la economía mundial, son indicadores contundentes de
que enfrentamos una nueva era en la que coexisten la incertidumbre, la crisis
del multilateralismo, la pérdida gradual de compromiso para producir cambios
drásticos en el escenario económico-financiero mundial, y la deslegitimación
del capitalismo como el sistema capaz de conciliar desarrollo con una relación
más armónica entre el hombre, la naturaleza y los modelos de producción y
distribución.
En este contexto, América Latina aparece no ya como el "continente de
la esperanza" sino como una realidad potente que puede aspirar a ser uno
de los actores importantes en la nueva reconfiguración mundial en marcha.
De aquí se desprende el esfuerzo por encontrar convergencias en una
realidad muy heterogénea, trabajando por la unidad en la diversidad, en el
marco de la pluralidad de modelos, profundizando la cooperación, integrando las
agendas, y empezando a construir una "sola voz" en los temas más
decisivos de la agenda global.
La relación con el Asia Pacífico, la región hoy económicamente más dinámica
del mundo, nos presenta retos y desafíos de carácter estratégico tanto respecto
a los modelos de desarrollo de nuestros países como a nuestra inserción en la
economía mundial.
Esperamos desde ALADI poder aportar para que Latinoamérica pueda avanzar en
una visión más cooperativa y compartida en la asunción de esos desafíos. En el
mismo sentido, el fortalecimiento del MERCOSUR, los avances de la UNASUR y las
expectativas sobre la recientemente creada Comunidad de Estados Latinoamericanos
y del Caribe (CELAC) resultan fundamentales para afirmar el camino integrador.
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