Moisés Pérez
Mok
Buenos Aires (PL)
Insertadas en un nuevo escenario político internacional, las izquierdas
latinoamericanas enfrentan hoy un reto de magnitud colosal, como lo es la
construcción colectiva de un nuevo proyecto estratégico y de mayor alcance
histórico.
Así lo definió aquí el académico, diplomático
y reconocido escritor panameño Nils Castro, quien advirtió en diálogo con
Prensa Latina que "nadie, desde ningún sectarismo, puede llegar a
construir un proyecto de estas características".
Castro viajó a
esta capital para presentar su obra Las izquierdas latinoamericanas en tiempo
de crear, "un libro con muchos méritos" al decir del asesor especial
de política exterior de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, el catedrático
Marco Aurelio García.
Precisión factual y agudeza en los comentarios se funden en
este volumen que, aprecia García, se beneficia con la experiencia personal del
autor, quien al estar situado en el puente natural de las Américas contempla la
evolución económica, social y política de la región desde una posición
privilegiada.
El libro, según el propio Castro, está escrito en un
lenguaje para que la gente joven lo pueda entender (de ahí la profusión de
notas al pie de las páginas) y de ningún modo pretende hacer la historia de las
izquierdas latinoamericanas.
Se trata, aclaró, de una recapitulación de algunas de las
experiencias paradigmáticas y aleccionadoras en la evolución de estas fuerzas
en la región, a las cuales adicionamos algunas apreciaciones sobre qué las
desató y, en muchos de los casos, cuáles fueron los factores que impidieron
coronarlas con éxito.
El también cofundador de la Conferencia Permanente de
Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPAL), significó además la
notable presencia de la Revolución cubana en la obra, en tanto acontecimiento
que abrió una nueva época en la historia de las ideas y prácticas políticas en
América Latina.
Sin duda, la gesta revolucionaria de la Isla fue por varios
lustros "el estímulo que más contribuyó a impulsar otros desarrollos
creativos del pensamiento y la movilización política de las izquierdas
latinoamericanas", destaca el texto.
De hecho, subrayó Castro, el libro comienza y termina
citando el ensayo Nuestra América, del Héroe Nacional cubano José Martí, quien
ya desde 1891 advertía que la reflexión latinoamericana debía reemplazar al
conocimiento exótico.
"Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el
tronco ha de ser el de nuestras repúblicas", dijo Martí, quien impulsó el
pensamiento latinoamericano contemporáneo y postuló la necesidad de organizar
un partido político para alcanzar la emancipación frente al colonialismo
español y la previsible hegemonía estadounidense.
Por otra parte, abundó el autor, el texto aborda también la
vigencia y funcionalidad del sistema político latinoamericano; la necesidad de
rehacer la cultura política, así como de reformar la democracia para hacerla
más participativa.
"Las izquierdas latinoamericanas en tiempo de
crear" tiene en general un balance optimista y deja en claro que estas
fuerzas políticas viven en la actualidad un proceso de renovación, con
características diferentes en cada país y según la naturaleza de sus procesos
nacionales.
A los gobiernos progresistas surgidos en las últimas décadas
en la región les ha tocado reparar los dolorosos estragos ocasionados por el
tsunami neoliberal, y aunque saben qué deben hacer ahora, no tienen un
horizonte de transformaciones sociales como el que creíamos tener en las
décadas del 60 y el 70, opinó.
La izquierda -sentenció- está probando vías para llegar a un
ideal; trabaja en el campo de la incertidumbre y la experimentación, mientras
la derecha sólo tiene que reciclar lo ya existente para mantener el orden
vigente, cuenta con los instrumentos para hacerlo y son todos "accionistas
de las mismas corporaciones".
De tal suerte, los principios éticos a fin de elaborar este
nuevo proyecto estratégico de las izquierdas latinoamericanas resultan claros
para todos: justicia, equidad e inclusión social. Lo que no está definido es el
modo de construirlo y eso sólo puede lograrse colectivamente, insistió.
Nadie, desde ningún sectarismo, puede llegar a construir un
programa de estas características, aún cuando puedan existir varios
"borradores" y coincidencias respecto hacia dónde queremos marchar,
que es en dirección a un sueño factible, pero también sustentable, acotó.
PARTIDOS Y MOVIMIENTOS POLITICOS A LA ZAGA
En su presentación del libro en la Casa Patria Grande Néstor
Kirchner, de esta capital, Nils Castro destacó que en la actualidad hay
gobiernos progresistas o de izquierda democrática en la mayoría de los países
suramericanos y en dos naciones centroamericanas.
Ellos -dijo- son expresiones de una diversidad que resulta
de distintas realidades y procesos nacionales; pero, aunque representan
diferentes modelos político-ideológicos y programáticos, coinciden en algunos
rasgos muy importantes.
Mencionó entre estos últimos el hecho de ser resultado de
los rechazos social y electoral a las calamidades socioeconómicas y morales
provocadas por la imposición del neoliberalismo.
Repudios que en algunos casos llegaron a ser tan masivos que
hicieron colapsar al sistema político tradicional y posibilitaron reformas
constitucionales que buscaron "refundar" el Estado, subrayó.
En otros lugares, esos gobiernos llegaron al poder a través
de elecciones realizadas dentro del viejo sistema político, con lo cual siguen
derroteros de reformas más moderadas.
Lo que todos tienen en común es su origen anti
neoliberal y su aspiración a recuperar
mayor soberanía y autodeterminación, así como a reconocer las responsabilidades
sociales del Estado, lo cual facilita el diálogo y la concertación.
De ahí, explicó, los progresos alcanzados en la formación de
varios foros integracionistas, de concertación y cooperación, algo que "no
ha sido igualmente notable en nuestras agrupaciones regionales de partidos y
movimientos políticos".
La cuestión está en que la elección de esos gobiernos
progresistas no resultó de los atractivos de ofrecer una propuesta de nuevo
tipo, argumentó Castro, en opinión de quien la masa electoral generalmente votó
por actores asociados a las izquierdas, "pero no por sus anteriores
programas rupturistas".
Hoy, anticipó, una de las tareas fundamentales es volver a
actualizar la cultura política socialista de las grandes masas populares y con
ellas encabezar los acontecimientos; superar el rezago de los llamados
"factores subjetivos", para trazarnos una ruta más ambiciosa;
adelantarnos a la dramática situación objetiva y construirle soluciones
factibles y sustentables.
Formular un nuevo horizonte, las vías para construirlo y
educar a las organizaciones populares necesarias a fin de desbrozar esos
caminos es tarea de los partidos y de las colectividades internacionales de
partidos, consideró el ganador del premio Pensar a Contracorriente.
Mas, alertó, esto no puede hacerse según la batuta de
ninguna instancia política transnacional, sino a partir de las experiencias y
perspectivas nacionales de nuestros propios pueblos.
"Es decir, como expresiones y como vocación de un pensamiento
nacional que, en el caso de los latinoamericanos, no es excluyente sino
solidario".
*Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.
arb/mpm
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